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Como se ha puesto de manifiesto en distintas ocasiones, la entrevista no constituye la situación comunicativa ideal, ya que la formalidad del marco de la encuesta proporciona una imagen distorsionada de la realidad lingüística [18]. Para intentar aminorar —en la medida de lo posible— el autocontrol al que los informantes se someten y minimizar los riesgos de la paradoja del observador, es necesario poner en marcha distintos mecanismos [19]. En nuestro caso, el hecho de utilizar un cuestionario compuesto casi de forma exclusiva por léxico rural ha sido de especial ayuda: los informantes se veían sometidos a un examen que —a medida que avanzaban las preguntas— se sabían conscientes de aprobar [20]. Además, entablar una conversación preliminar sobre cualquier aspecto que surja espontáneamente (fisonomía del pueblo, condiciones climatológicas, diferencias entre los tiempos antiguos y los modernos, etc.), utilizando rasgos fonéticos propios de la comarca y expresiones coloquiales, contribuye a aminorar la imagen fría que el encuestador —por el hecho de ser un completo desconocido— despierta en los lugareños. Son condiciones indispensables para llevar el interrogatorio a buen puerto que el informante confíe en el investigador y que se consiga un grado de naturalidad en el discurso.
La encuesta ha seguido el patrón marcado por el cuestionario: primero se hacían las preguntas relativas a la agricultura y a las industrias con ella relacionadas; después, las relativas a la ganadería y a los animales domésticos; y, por último, las componentes de la parte fonética.
Por lo general, la encuesta ha tenido una duración de dos días por localidad [21]. Aunque el cuestionario bien puede rellenarse en una sola jornada, es preferible tener dos contactos con el informante por varias razones:
- Para evitar un cansancio innecesario en los sujetos, que, evidentemente, no están acostumbrados a responder a un gran número de preguntas de una sola vez.
- Porque, después de un tiempo largo, el informante comienza a responder con brevedad, sin dar ya demasiadas explicaciones.
- Porque el segundo día se pueden matizar o corregir las informaciones dudosas de la jornada anterior [22].
En las localidades donde se han invertido dos días para rellenar el cuestionario, la encuesta se ha estructurado de la siguiente forma: el primer día se preguntaba sobre cuestiones relativas a la agricultura y las industrias relacionadas; el segundo se rellenaban las partes dedicadas a la ganadería y la fonética. No obstante, no han faltado localidades en las que —por motivo de las ocupaciones o compromisos del informante— se han tenido que invertir tres y hasta cuatro días (Torremocha, Puebla de Obando, Ahigal), así como otras en las que tan solo se ha podido permanecer durante una jornada, con sesiones de mañana y tarde o en una sola sesión continua (Puebla de la Reina, Ceclavín, Mesas de Ibor).
Con todo, la labor del dialectólogo no termina con la realización de la encuesta; falta todavía recorrer el lugar para fotografiar las realidades etnográficas que más interesen, además de oír a la gente del pueblo en situaciones informales y confirmar de esta forma los resultados obtenidos en el interrogatorio. Para esto último se recurría a las tabernas, al mercado o al parque público.
La estancia del investigador en los puntos de encuesta se puede resumir del siguiente modo:
1. Primer acercamiento a la localidad y sus inmediaciones para conocer los tipos de cultivo y la explotación ganadera, y así poder mencionar durante la encuesta lo que se ha visto y lo que se ha echado en falta.
2. Visita al ayuntamiento para explicar las intenciones y pedir colaboración.
3. Entrevista con el informante.
4. Recorrido por la localidad para tomar fotografías e intercambiar impresiones con otros habitantes.
Ámbito de encuesta
Lo ideal para desarrollar la encuesta con comodidad y tranquilidad es trabajar con el informante en un lugar lo más aislado posible, no solo para evitar ruidos, sino también para impedir las interferencias de terceras personas que puedan coartar la espontaneidad del sujeto.
Los ámbitos en los que se han llevado a cabo las encuestas han sido los siguientes:
1. Dependencias municipales (despacho de alcaldía, sala de reuniones del ayuntamiento, juzgado de paz, etc.). Son lugares ideales para recoger datos, a veces incluso más convenientes que el propio domicilio del informante, ya que se evitan las intromisiones de terceras personas y no se pone nunca en duda la intención y buena voluntad del investigador. En cierto modo es como si la investigación contara con el apoyo institucional. Como contrapartida, se puede argumentar que quizá se dota a la encuesta de un carácter demasiado serio y oficial, que puede influir en la posición que adopte el informante respecto al encuestador. En este caso, el explorador debe tener suficiente pericia como para hacer de la conversación una actividad distendida y natural. Ante todo, tratábamos de hacer ver al informante que nuestro interés se centraba en las labores típicas de su localidad, y que sus formas de expresión —tan devaluadas por nuestra sociedad— tenían una importancia capital [23].
2. Domicilio del informante. Desde el punto de vista de la espontaneidad, este es el ámbito más idóneo. El informante está en su ambiente, rodeado de sus enseres habituales, en un mundo que conoce a la perfección. Sin embargo, todas estas ventajas se pueden tornar en inconvenientes si el sujeto no vive solo y sus familiares no comprenden cuál es el interés de la investigación. La mujer del informante, que, por regla general, se mantiene al margen de la encuesta o participa activamente en ella, puede convertirse en un obstáculo que haga peligrar el desarrollo del interrogatorio [24]. Realizar la entrevista en el domicilio del sujeto cuenta con la ventaja añadida de tener al alcance de la mano muchos objetos por los que se pregunta, con lo que se facilita también la labor de fotografía.
3. Lugar de trabajo del informante. También han sido utilizados como ámbito de encuesta aquellos lugares en que los informantes ocupan la mayor parte de su tiempo, lugares en los que —si no se está sujeto a un horario— la conversación resulta muy provechosa. En Ahigal, por ejemplo, la encuesta se desarrolló íntegramente en el taller de albardería que posee uno de los informantes, lo que facilitó la recogida del caudal léxico referente a todo tipo de herramientas y utensilios de carácter popular. Lo mismo ocurrió en Guijo de Galisteo y Garrovillas, donde las encuestas se desarrollaron en el cobertizo de una huerta y en un tinao, respectivamente.
4.Dependencias aisladas en el lugar de reunión habitual de los lugareños (hogar del jubilado, taberna, etc.). Únicamente se ha recurrido a estos lugares cuando no se han podido sustituir por otros más idóneos (Puebla de Obando, Campanario, Aliseda y Casar de Palomero) [25].
Tipos de encuesta
En la realización de este trabajo se distinguen los siguientes tipos de encuesta:
a) Encuestas piloto. Son las efectuadas con anterioridad al proyecto final. Durante los meses de agosto y septiembre de 1992 se ejecutaron nueve encuestas en otras tantas localidades de la zona central de la provincia de Cáceres con la intención de probar la validez del cuestionario y ajustar la formulación de las preguntas. Las poblaciones investigadas en aquella ocasión fueron Santa Cruz de la Sierra, Aldeacentenera, Santa Ana, Plasenzuela, Benquerencia, Madroñera, Escurial, Montánchez y Alcuéscar. El resultado de este trabajo se puso de manifiesto en la necesidad de ampliar el cuestionario, que en esos momentos contaba con tan solo 350 preguntas de términos agrícolas y ganaderos, y en la conveniencia de incluir otro cuestionario para recoger diversos aspectos fonéticos.
b) Encuestas base. Con esta denominación nos referimos a toda encuesta principal desarrollada en cada uno de los puntos. En la mayor parte de las localidades —en atención al criterio seguido del informante único— esta encuesta ha sido la única realizada.
c) Encuestas secundarias. Son las efectuadas para enriquecer o completar las informaciones de un primer sujeto. En unas ocasiones estas encuestas tienen un carácter totalizador (son una repetición íntegra del cuestionario); en otras son simplemente una elaboración parcial de algún aspecto concreto o de una de las parcelas en las que se divide el cuestionario [26].
d) Encuestas múltiples [27]. Logrosán y Campanario son las localidades en las que se llevó a cabo una encuesta con varios sujetos a la vez [28]. Aunque este sistema de encuesta múltiple tiene la ventaja de contar con el criterio de varias personas, presenta el inconveniente de que se tiene que prestar atención a discursos simultáneos, lo que a veces se convierte en un problema para transcribir.
e) Encuestas complementarias. El material cartografiado no es todo el conseguido mediante la encuesta. Por distintos motivos (imposibilidad gráfica, informaciones dudosas, etc.), no todos los puntos encuestados están presentes en la selección final ofrecida en los mapas. Las localidades de Pinofranqueado, Caminomorisco, Casas del Monte, Casar de Cáceres, Bohonal de Ibor y Magacela también han sido objeto de investigación.